Cagliari ofrece diversos espacios verdes, como los Giardini Pubblici (Jardines Públicos), que constan de un largo paseo flanqueado por árboles centenarios y un lado con vistas panorámicas a la ciudad. Por otro lado, el parco di Monte Claro es una colina verde con amplias zonas de césped, senderos y lagos. El Monte Urpinu está cubierto de pinos y es atravesado por senderos muy utilizados por deportistas. La parte más alta de la colina ofrece vistas desde el Viale Europa. El parco di Terramaini combina un pequeño estanque natural, amplios prados y rutas para actividades deportivas.
El orto botanico (jardín botánico) es un lugar magnífico que también funciona como centro de estudios botánicos y sitio arqueológico. Inaugurado en 1866 en el área de la antigua ciudad romana, conserva una impresionante cisterna excavada en la roca. Aquí crecen miles de especies vegetales de todo el mundo. Entre las colecciones destacan el Palmeto, que reproduce el ambiente de las oasis, el Orto dei Semplici con plantas medicinales, y el Deserto, una colección de plantas suculentas que fascina a los apasionados de estas especies.
Pero Cagliari también alberga un ecosistema natural único: el Parco di Molentargius, con su laguna y salinas, que alberga una increíble variedad de aves silvestres. El símbolo de esta joya natural son los flamencos rosados, que se pueden ver en grupos volando o descansando en aguas poco profundas. Además, no es el único ecosistema natural en la ciudad: el promontorio rocoso de capo Sant’Elia y la Sella del Diavolo están intactos y cubiertos de vegetación. Entre sus lentiscos y agaves, viven colonias de conejos, mientras que en las paredes de piedra caliza que se precipitan hacia el mar, vuelan halcones, gaviotas reales y palomas.